martes, 1 de septiembre de 2009

MMM...

Anoche vi “Largo domingo de noviazgo”, esa fábula mágica de esperanza y fe en el amor...

- “Cuando Mathilde y Manech hicieron el amor la primera vez, Manech se quedó dormido con la mano posada en su pecho. Cada vez que Manech sentía latir su herida, era como sentir el latido del corazón de Mathilde en la palma de su mano, y cada latido la acercaba a él.”

El hilo nos embrolla entre tanto nombre inusual, no sabiendo si habla del bigotes, el corso, el capitán, el de las botas... pero ¡qué más da!... ¡es todo tan bonito!

- “Mathilde sabe que si ese hilo no la lleva hasta su amado, no importa, no pasa nada... siempre podrá ahorcarse con él.”

Llegando al final que no por esperado es menos deseado, emotivo y encantador; conmovedor...

- “¿Pero por qué lloras?”...

y Mathilde permaneció erguida apoyada en el respaldo de la silla, con las manos apoyadas sobre su regazo y le miró bajo la armonía que les envolvía, bajo la luz del jardín Mathilde miró y miró y miró...

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